Día Mundial contra o Cancro de Mama: A Fisioterapia permite previr e controlar a progresión do linfedema

Os fisioterapeutas oncolóxicos recomendan ás pacientes operadas de cancro de mama que leven a cabo un programa de exercicios específicos para previr a súa aparición e mellorar a mobilidade do brazo, evitando que se produzan complicacións

19 Oct 2016 / Prensa CoFiGa / Sede COFIGA

Con motivo de conmemorarse hoxe, 19 de outubro, o Día Mundial contra o Cancro de Mama, o Colexio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia (CoFiGa) quere lembrar que a Fisioterapia pode axudar a previr e controlar a progresión do linfedema, consecuencia crónica do cancro de mama.

Tras unha operación por cancro de mama, o obxectivo da Fisioterapia é previr a aparición do linfedema, ofrecer educación sanitaria respecto diso e, no caso de que apareza, mellorar a calidade de vida das mulleres que o padecen, para quen o linfedema representa un importante obstáculo no de determinadas actividades cotiás, sociais e laborais.

De feito, o cancro de mama é o tumor máis frecuente nas mulleres dos países desenvolvidos e unha patoloxía cuxo tratamento pode provocar a aparición de efectos secundarios como o linfedema.

Esta complicación provoca a inflamación dunha extremidade -neste caso a superior- como consecuencia da acumulación do líquido intercelular que se atopa entre a pel e o plano muscular. O linfedema aparece despois da intervención cirúrxica para extirpar o tumor na zona mamaria se esta intervención implica extirpar os ganglios axilares, e aumenta un 10% a súa probabilidade de aparición se ademais adminístrase radioterapia.

Calcúlase que unha de cada catro mulleres nesa circunstancia desenvolverá linfedema, aparecendo sobre todo no primeiro ano tras a cirurxía. O 97% dos casos de linfedema desenvólvense durante os primeiros 4 anos posteriores á cirurxía, aínda que pode aparecer mesmo ata 15 anos despois.

Os síntomas máis comúns son o aumento do volume do membro afectado, edema, pesadez, asimetría física, desfiguración e problemas de mobilidade, dor e risco de infección, entre outros, afectando a funcionalidade da extremidade.

No caso do cancro de mama, o linfedema secundario pódese producir no 25-30% dos casos nos que se extirpan os ganglios e é un dos efectos con maior impacto. Aínda que unha vez que aparece convértese nunha complicación crónica, é posible previlo se se conta con información anterior á cirurxía e se se aplican medidas preventivas inmediatamente despois da intervención cirúrxica.

Por esta razón, os fisioterapeutas oncolóxicos recomendan ás pacientes operadas de cancro de mama que leven a cabo un programa de exercicios específicos para previr o linfedema e mellorar a mobilidade do brazo, evitando que se produzan complicacións; tamén recomendan que se sometan a un seguimento regular, da man dun fisioterapeuta especializado, para que poida educala nuns hábitos hixiénico-sanitarios adecuados, como:

- Evitar procedementos médicos no brazo afectado, como inxeccións, toma de tensión ou vendaxes.

- Manter a pel ben hidratada.

- Evitar golpes e feridas, e curalas ben se se producen, vixiando se nas 24 horas seguintes aparece enrojecimiento e dor ou pesadez do brazo e/ou febre.

- Tentar non facer movementos repetitivos, tarefas pesadas nin sobreesfuerzos co brazo afectado.

- Evitar permanecer moito tempo cos brazos levantados.

- Non expoñer o brazo a temperaturas extremas de frío ou calor.

- Non utilizar roupa ou complementos axustados, como pulseiras, aneis e/ou reloxos. 

- Non practicar deportes que orixinen forza excesiva no brazo, así como repeticións mecánicas bruscas (tenis, pesas, golf, baloncesto, esquí…). Os deportes máis adecuados son a natación, baile, aeróbic sen pesas e ximnasia de mantemento con exercicios respiratorios.

- Levar un estilo de vida saudable, realizando actividade física regular, mantendo unha dieta equilibrada e evitando hábitos tóxicos, etc.

Os fisioterapeutas oncolóxicos insisten en que, se nalgún momento, a persoa nota que a extremidade se lle inflama, debe acudir inmediatamente ao médico e a continuación ao fisioterapeuta, que valorará o caso, fará un seguimento e establecerá o tratamento. É importante acudir a un profesional especializado para atender canto antes os edemas incipientes.

Actualmente, as técnicas que se utilizan para tratar esta patoloxía son a drenaxe linfático manual, a presoterapia, as ondas de choque, a vendaxe neuromuscular, a vendaxe multicapa e os manguitos de contención. Todas teñen como finalidade diminuír o volume da extremidade e mantela nun estado óptimo.

Neste sentido, os fisioterapeutas lembran que é importante tratar o linfedema desde o primeiro momento e aseguran que os profesionais da Fisioterapia acompañarán sempre ao paciente cara a un obxectivo: conseguir a máxima funcionalidade e calidade de vida.

Día Mundial contra el Cáncer de Mama: La Fisioterapia permite prevenir y controlar la progresión del lifedema

Con motivo de conmemorarse hoy, 10 de octubre, el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, el Colexio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia (CoFiGa) quiere recordar que la Fisioterapia puede ayudar a prevenir y a controlar la progresión del linfedema, consecuencia crónica del cáncer de mama.

Tras una operación por cáncer de mama, el objetivo de la Fisioterapia es prevenir la aparición del linfedema, ofrecer educación sanitaria al respecto y, en caso de que aparezca, mejorar la calidad de vida de las mujeres que lo padecen, para quienes el linfedema representa un importante obstáculo en el de determinadas actividades cotidianas, sociales y laborales.

De hecho, el cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres de los países desarrollados y una patología cuyo tratamiento puede provocar la aparición de efectos secundarios como el linfedema.

 

Esta complicación provoca la inflamación de una extremidad -en este caso la superior- como consecuencia de la acumulación del líquido intercelular que se encuentra entre la piel y el plano muscular. El linfedema aparece después de la intervención quirúrgica para extirpar el tumor en la zona mamaria si esta intervención implica extirpar los ganglios axilares, y aumenta un 10% su probabilidad de aparición si además se administra radioterapia.

 

Se calcula que una de cada cuatro mujeres en esa circunstancia desarrollará linfedema, apareciendo sobre todo en el primer año tras la cirugía. El 97% de los casos de linfedema se desarrollan durante los primeros 4 años posteriores a la cirugía, aunque puede aparecer incluso hasta 15 años después.

 

Los síntomas más comunes son el aumento del volumen del miembro afectado, edema, pesadez, asimetría física, desfiguración y problemas de movilidad, dolor y riesgo de infección, entre otros, afectando la funcionalidad de la extremidad.

En el caso del cáncer de mama, el linfedema secundario se puede producir en el 25-30% de los casos en los que se extirpan los ganglios y es uno de los efectos con mayor impacto. Aunque una vez que aparece se convierte en una complicación crónica, es posible prevenirlo si se cuenta con información anterior a la cirugía y si se aplican medidas preventivas inmediatamente después de la intervención quirúrgica.

Por esta razón, los fisioterapeutas oncológicos recomiendan a las pacientes operadas de cáncer de mama que lleven a cabo un programa de ejercicios específicos para prevenir el linfedema y mejorar la movilidad del brazo, evitando que se produzcan complicaciones; también recomiendan que se sometan a un seguimiento regular, de la mano de un fisioterapeuta especializado, para que pueda educarla en unos hábitos higiénico-sanitarios adecuados, como:

- Evitar procedimientos médicos en el brazo afectado, como inyecciones, toma de tensión o vendajes.
- Mantener la piel bien hidratada. 
- Evitar golpes y heridas, y curarlas bien si se producen, vigilando si en las 24 horas siguientes aparece enrojecimiento y dolor o pesadez del brazo y/o fiebre.
- Intentar no hacer movimientos repetitivos, tareas pesadas ni sobreesfuerzos con el brazo afectado.
- Evitar permanecer mucho tiempo con los brazos levantados.
- No exponer el brazo a temperaturas extremas de frío o calor.
- No utilizar ropa o complementos ajustados, como pulseras, anillos y/o relojes.  
- No practicar deportes que originen fuerza excesiva en el brazo, así como repeticiones mecánicas bruscas (tenis, pesas, golf, baloncesto, esquí…). Los deportes más adecuados son la natación, baile, aeróbic sin pesas y gimnasia de mantenimiento con ejercicios respiratorios.
- Llevar un estilo de vida saludable, realizando actividad física regular, manteniendo una dieta equilibrada y evitando hábitos tóxicos, etc.
Los fisioterapeutas oncológicos insisten en que, si en algún momento, la persona nota que la extremidad se le inflama, debe acudir inmediatamente al médico y a continuación al fisioterapeuta, que valorará el caso, hará un seguimiento y establecerá el tratamiento. Es importante acudir a un profesional especializado para atender lo antes posible los edemas incipientes.
Actualmente, las técnicas que se utilizan para tratar esta patología son el drenaje linfático manual, la presoterapia, las ondas de choque, el vendaje neuromuscular, el vendaje multicapa y los manguitos de contención. Todas tienen como finalidad disminuir el volumen de la extremidad y mantenerla en un estado óptimo. 

 

En este sentido, los fisioterapeutas recuerdan que es importante tratar el linfedema desde el primer momento y aseguran que los profesionales de la Fisioterapia acompañarán siempre al paciente hacia un objetivo: conseguir la máxima funcionalidad y calidad de vida.
La Fisioterapia te da el aire que necesitas